Ella pasea entre hielos, con sigilo y sin resbalar al disparar. La Skimal no paraba de hacer fotos. Mientras la otra paseaba descalza cuando encontró un marco. Lo miró, le gustó y lo cargó caminando sin hacer ruido. La primera no encontró el ángulo que buscaba, la segunda se encasilló en una historia que no sabía cerrar. En medio de la plaza se encontraron, se vieron de lejos y, como siempre, empezaron a escalar en creaciones inventadas, en proyectos dibujados impulsado por ese algo invisible. Y ahora se sientan y observan qué rápido un año enmarcando realidades.